viernes, 22 de diciembre de 2023

Alegría (contenida) y buenos augurios para compartir. Belleza.

Dicen que cuando el árbol de jade florece es signo de prosperidad y éxito. Le llaman el árbol de la buena suerte. Este año, por primera vez, el que tengo en casa, cada vez mas precioso y enorme, está reventón. Tiene decenas de pequeños capullos a punto de florecer. Imagino que es buen augurio para el próximo 2024, que será cuando las flores se abran en toda su plenitud. 

Quiero compartirlo en estas fotografías para que os llegue a todos y todas: abundancia y prosperidad, pero sobre todo paz, amor, serenidad, compasión y fraternidad



Y quiero también contagiaros de alegría, una epidemia beneficiosa, que me provoca el haber publicado mi primera novela #Cuestairse, agradeciendo la acogida que está teniendo. Ver la pila de libros en la mesa de novedades de las librerías es una felicidad indescriptible, que quiero compartir con los seguidores de este blog, donde tantas reseñas de otros libros he ido colgando. Ahora toca "hablar de mi libro".
 


A continuación inserto algunos enlaces de prensa que se han hecho eco de las presentaciones en Zaragoza y Huesca. (Mi modestia me silba al oído: Autobombo. Sí, pero creo que es apropiado que vayan quedando aquí recogidos)






DiariodelAltoaragón   https://www.diariodelaltoaragon.es/noticias/cultura/2023/12/12/aurora-pinto-el-acoso-laboral-es-un-tema-muy-poco-tratado-en-la-ficcion-literaria-1696879-daa.html


Diario de Huesca

Y el mapa de librerías en toda España donde podéis adquirir Cuestairse según Todostuslibros.com. También está disponible en Fnac, Casa del libro y Prames Librería online.


Próximamente anunciaré nuevos encuentros con lectores y lectoras, y firmas del libro, unas cerca y otras muy lejos. La más inminente el día 30, en casa, en el pueblo donde vivo desde hace cuarenta años, el pueblo de mi madre y su familia, el pueblo de mi marido y su familia, el pueblo de mis hijos, es decir, mi pueblo, Candasnos. Sabéis que nací y crecí en Barcelona, amo mi tierra catalana y el Mediterráneo, pero también amo la tierra seca y el aire tosco monegrino que llena de palabras mi imaginación para seguir escribiendo. 


Hoy es 22 de diciembre. No me ha tocado la lotería nacional, para variar. Veo en el informativo la alegría de los afortunados, sus descorches de botellas de champán, sus saltos de euforia jubilosa, cómo se abrazan unos a otros. Yo siento lo mismo este año con Cuestairse. Mi dicha es más contenida, sí, pero igual de gozosa. Gracias. Gracias. Gracias. 

Por último, veréis que el "tronc de nadal" ha perdido su "barret". No importa. Ahora será la "tronca de nadal". ¿A que está guapa?

"El secreto de la vida es la belleza", escribe Manuel Vilas en su Alegría

Felices fiestas, viva la vida, las flores, la literatura y las troncas empoderadas.

           

domingo, 17 de diciembre de 2023

Pajaricas

Domingo 17 de diciembre de 2023. Día soleado y luminoso tras una noche bajo cero, la primera helada a cinco días de que comience el invierno.

Dedico la tarde a la lectura de un libro pequeño, coqueto, de título larguísimo —como reconoce el propio autor— y enorme contenido. No me gusta recurrir a los refranes, pero es inevitable hoy citar eso de “en frasco pequeño está el mejor perfume”. El secreto de las pajaritas. El homenaje de un carpintero a Ramón Acín en el santuario de San Úrbez de Nocito (Huesca). Admiración, respeto y dolor (cuento extra) es la última exquisita fragancia que nos regala un perfumista de las letras, Víctor Juan. Un maestro que escribe esa prosa amable, inteligente, luminosa, fuente de sabiduría y generosidad. Por qué con él aprendes tanto como te diviertes, reflexionas sobre conceptos abstractos como la justicia, el pensamiento, lo infinito y “mientras lees, te sientes acompañado y reconfortado” parafraseando al propio autor en el prólogo de esta “historia de valentía, de compromiso y de amistad”.

Después de leer el libro, de conocer e imaginar la historia del carpintero que colocó las pajaritas en el retablo del Santuario de San Úrbez, en Nocito (Huesca), después de acompañar la memoria de Ramón Acín y de escuchar el susurro de las dos pajaritas que han comenzado a dialogar ahora ya en el anochecido, no se me ha ocurrido mejor homenaje que hacer dos “pajaricas”, como las llamaba Ramón Acín, y colocarlas mirándose, para “que se cuiden la una a la otra y se cuenten secretos”. Y escucho que agradecen lo imaginado, las palabras compartidas, frases que son un poema de sabiduría, y agradecen la sonrisa que ven en los lectores, esa que siempre queda al finalizar los libros de Víctor Juan. Con él, los días son azules y las librerías se llenan de vida.


Gracias por este libro “híbrido, mestizo, que combina la investigación histórica con el ensayo y la ficción”, tal como él mismo define este exquisito perfume, que huele a vida y a alegría, porque para Víctor Juan “la tristeza no es la última palabra” y “necesitamos historias hermosas para vivir, historias balsámicas que alivien el dolor que nos producen los arañazos en el alma y en el corazón”.

Mañana, lunes, las "pajaricas" de papel se quedarán entre las páginas de ese libro a la espera de nuevos secretos y, sobre todo, para que las historias que escribimos sirvan también para restituir justicia a la Historia, y que el olvido no borre el recuerdo de hombres y mujeres a los que se les robó la vida y la alegría.

Editado por Rolde de Estudios Aragoneses y Fundación Ramón y Katia Acín

viernes, 8 de diciembre de 2023

Fiebre en la feria

La noche anterior no había dormido tan apenas. No por los nervios, como me preguntó alguien al día siguiente, sino porqué había estado con fiebre. Me tomé una aspirina efervescente en cuanto me levanté y decidí que la ocasión merecía el esfuerzo: mi primera Feria del Libro Aragonés como autora. Así que emprendí viaje bajo un cielo soleado rumbo a Monzón. Todo iba a ir bien.

Aunque las primeras horas mañaneras fueron un poco desoladoras. Poco público, pocas firmas. Comencé a preguntarme si valía la pena estar allí con escalofríos, disimulando mi malestar físico, con una sonrisa y una energía impostada. Pues mira, sí, valió la pena. Conocí a dos poetas, que además son padre e hijo, los Conde, con quien compartí stand editorial, y con los que daba gusto estar allí. También con un ilustrador, Carlos, de humor surrealista y generosidad inmensurable, que dibujó y coloreó mientras yo repetía mi admiración y mi envida sana, ¡Qué arte!.

Llegó la hora de comer y ahí me fui recomponiendo. El dolor de cabeza y los escalofríos dejaron paso a una tos insistente pero que podía tolerar. Lo mejor, la conversación con todos los de la gatera, los dos poetas, el ilustrador, la editora, Don Antonio y Sol.

Ya en la tarde el púbico se animó. Pude saludar a algunos amigos y firmé para ellos mi libro, #Cuestairse. Pocos pero muy entrañables.


Salí de allí con dos libros dedicados, autores que regalan literatura y amistad. Era noche cerrada cuando emprendí el camino de vuelta por esas carreteras inhóspitas de la provincia de Huesca, sin circulación ni luces ni tan apenas pueblos, casi fantasmales, con el firme salpicado de enormes charcos, curvas de circuito y pendientes estrechas. A ratos diluviaba. Volví a preguntarme si todo aquello valía la pena. Y volví a responderme que sí. La experiencia, nueva, enriquecedora. Por los nuevos amigos, por la literatura y por los libros.