martes, 12 de marzo de 2024

Agitar antes de usar

 

Te abrazaré mañana

aunque la luna no salga

y te besaré de tal manera que

 mis palabras se convertirán

en un manicomio de versos arrasados

por la belleza de tu nombre  

Los pájaros y los abrazos


Yo conocía a José Luis Esteban como actor, lo había visto interpretar algunos personajes, pero no sabía que era poeta. Y tampoco había pensado nunca que poemario suena a “armario empotrado de ilusiones muertas” hasta que leí sus versos. 

Palabras que no he gastado (Olifante, 2023) es una selección de vida, belleza y pensamiento, y también ironía que mastica el dolor. Una  mezcla aparentemente imposible que en su pluma resulta tan inteligente como emotiva donde las “palabras juegan y esperan a ser leídas”.

Hace dos meses conocí personalmente a José Luis en un evento abordándole para que me firmase un ejemplar de su libro, que llevaba en mi bolso, del que le dije que tenía buenas referencias pero no había leído. Pudo pensar que yo estaba un poco pirada. Pero es hombre generoso y comenzamos a charlar de cine, de teatro, de letras y de la vida. En esa conversación, tan fugaz como agradable, le anuncié que tal vez escribiría una reseña del libro de poemas (ya jamás utilizaré la palabra poemario para definir versos negro sobre blanco) pero le confesé que suelo escribir solo de aquello que de alguna manera me enamora, sea cine o teatro o literatura o poesía o música; reconozco que no soy una crítica demasiado crítica, para que esforzarnos en proyectar lo que no nos ha emocionado. En definitiva, que en mi blog las reseñas de libros y cine suelen ser siempre favorables, aun cuando en ellas también se reconozcan aspectos menos positivos. Prefiero resaltar lo que vale la pena mejor que catapultar lo que no, que por sí mismo ya se irá desvaneciendo.

Pues bien, afirmo que Palabras que no he gastado es un libro de poemas imprescindible, un sondeo de la existencia, poesía en estado puro. Tan profundo como divertido. Sí, sí, divertido. La poesía no tiene porqué ser aburrida. El autor nos conduce con sus reflexiones por espacios del pensamiento donde las palabras se acoplan en amalgamas inimaginables. Cita personajes y escribe palabras que aparentemente nada tienen que ver con la poesía y cuya presencia sitúa al lector en ese imaginario de la Generación Beat donde la libertad acepta cualquier combinación por dispar que parezca. Así, el realismo contemporáneo y el desencanto existencial se enriquecen de un vitalismo formal que provoca el arrebato de palabras y versos imposibles de imaginar si no se ha leído y se ha vivido con pasión. 

Referencias a Kerouac, Leopoldo M. Panero o Miguel Labordeta. También cine, actores en blanco y negro, Víctor Mature, Charlton Heston, Gregory Peck, Tyrone Power. Y televisión, Jordi Hurtado, los telediarios o Curro Jiménez. Hasta el Papa Pío XII. Historia, Geografía, Filosofía, el mundo, New York, París, Tokio. Todo en esas Palabras que no he gastado. Y el niño que fuimos y el hombre que somos. Y el presente del Metaverso e Instagram. Y Algo más: "O las palabras son fecundas, / o son estériles los versos"

Y la familia, a la que amamos o añoramos. 

Ah, claro, y el amor.

Todo eso está en versos de rima libre, con cadencia y musicalidad elegante, sobria, a veces en prosa poética. Sin demasiadas florituras ni metáforas pero con virtuosismo ingenioso. Y mucho se aprende leyéndolos. De la mano de ese maestro que llena las aulas por que hace las clases divertidas mientras realiza un "pedido de besos a Glovo”. “Pobre literatura convertida en comentario de texto”. Y sin embargo, todo es serio y riguroso. Y bello. “Es la belleza. / No la toques más. /Déjala que se encuentre con la rosa /y que juntas escriban un poema / mucho mejor que este

Me encontré con José Luis el otro día, justo la mañana en que había leído dos de sus poemas. Y le dije: “Me parecen extraordinarios”. Ahora que ya he finalizado el libro, desde mi humilde parcela, recomiendo que se lea y se vuelva a leer. Es una explosión de sabiduría y belleza. Si llevase un prospecto para su uso pondría "agitar antes de usar", y el alma queda sanada sin efectos secundarios al instante.  Palabras que no he gastado, un libro que hay que tener muy cerca. Y pensar. Y vivir.

Esperare que no haya luces

para que la oscuridad

sea mas visible.

No saber nada

y esperarlo todo.

Vendrá el futuro y no estaré

por eso quiero levar anclas

navegar hondo y ligero

y llegar a puerto antes que él

    El último momento

lunes, 11 de marzo de 2024

De vanidades y la alegrías

Permitidme un poco de vanidad. Este año, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de los Escritores, entro en el club  y no puedo estar más contenta. Como escribí en mi muro de Facebook, entro humilde, casi me siento una intrusa, pero llego con energía e ilusión. En el video del informativo de Aragón Televisión comparto espacio virtual con el escritor Sergio Del Molino, al que leo, sigo y admiro. Yo la escritora novel, abrumada. 



También estuve en el programa de Aragón Radio La Torre de Babel, con Ana Segura,  y los medios locales y comarcales se hacen eco en cada una de las presentaciones que voy. No voy a poner aquí todos los vídeos y audios y páginas de periódicos pero estoy muy feliz por las alegrías que Cuestairse (Los libros del gato negro, 2023) me regala día a día. Así que permitidme la vanidad y compartir mi alegría con todos vosotros.


Y he celebrado este año el día Internacional de la Mujer Trabajadora también con mi libro. Fue en Fraga y estuve acompañada por Paula Beltrán. 



Gracias a lectoras y lectores que me hacen llegar sus impresiones, hasta ahora todas positivas. Gracias a las bibliotecas y bibliotecarias, ayuntamientos y concejalías de cultura que me acompañan en las presentaciones de Cuestairse en todos los rincones a los que va llegando. No puedo más que sentirme feliz y agradecida


Próximamente (sine die) abriré una serie de entradas en este blog en las que iré publicando impresiones del viaje de Cuestairse y volaremos al Hemisferio Sur, de la realidad a la ficción, a Uruguay y Argentina.