viernes, 19 de enero de 2024

Cuarentena, cine y versos

“En esta familia no paramos”, escribí anunciando que el jueves teníamos una cita con Ignacio Lasierra en la Filmoteca de Zaragoza. Y añadí esta observación: “no presenta película, sino libro. De poemas. Y es que el cine, las palabras, la imagen o el texto componen el arte para comunicar emociones”.

Y así fue. Batería de palabras. "Día, noche. Lluvia, paraguas". Asociamos palabras e imágenes sin tiempo a pensar el motivo que nos lleva a ello. Ahora nieva. Siempre asociaré la lectura de Cuarentena, el libro de poemas, acompañada de estos copos ingrávidos que blanquean la calle y la luz. Como quien recuerda las películas que vio en el lugar dónde las vio, mente privilegiada.

No puedo ser objetiva, ni pretendo serlo, a la hora de escribir estas líneas. El poeta es mi hijo. ¡Qué orgullosa se siente una! Se me llenan las letras y el alma de orgullo al escribirlo. Las palabras que él escribe, en cierto modo, nacen de mi vientre también. Por eso, éstas no construyen una reseña o crítica tampoco. 

Solo quiero agradecer a la vida el lujo que me brinda al poder leer estos poemas. Y saborear los versos rimados o anárquicos de la noche, del amor, de las sombras y los sueños viajando por el desierto en un Seat Ibiza que no es otra cosa que un traje de astronauta que el poeta no recuerda donde ha dejado. No entenderán esta frase quienes no estuvieron ayer en la presentación de Cuarentena. Un acto entrañable, simpático, de la mano del editor, Manuel Baile y José Antonio Aguilar, Director del Festival de Cine de Fuentes de Ebro. 

Manuel Baile, Ignacio Lasierra y José Antonio Aguilar

Por cierto, hablando de asociación de palabras y de ideas. Observaréis que en ningún momento, excepto en el título de este post, he escrito "poemario". Y es que desde que me enteré, tal como defiende José Luis Esteban en Palabras que no he gastado (Olifante,2023), que poemario suena a "armario empotrado de ilusiones muertas", algo añejo y viejuno, no he vuelto a usar esa palabra. Mejor libro de poemas. Y fue precisamente José Luis Esteban, actor, escritor y poeta, quien puso el broche de oro a la presentación declamando algunos versos que con su voz y su espíritu tomaron vida propia. 

Esa Cuarentena que habla de tierra baldía, poemas desgarrando la soledad y el silencio, campos labrados de familia, lugares, deseos y recuerdos. El título, explica el autor, estaba ya pensado antes de que ocurriese la cuarentena que todos sufrimos en la pandemia del 2020. Juan Luis Saldaña, coordinador de la colección Pasat_Temp en la que se incluye este libro de poemas, animó a Ignacio a mantener el título. El libro se compone de cuarenta poemas, "cuarenta y uno" aclara Lasierra, enmarcados en cuatro bloques: Destierro, Aislamiento, Purga y Renacimiento. El cine, omnipresente, como luz y como espacio, en el pueblo y en la ciudad, con Charles Chaplin y su bombín sonriendo cuando las palabras regresan al pasado para identificar relojes y festivales de besos. Películas proyectadas con finales y viajes soñados. De viajes y sueños será mi próxima entrada en este blog, desde Cuestairse. Pero hoy no toca hablar de mi libro.

José Luis Esteban, de pie, leyendo algunos versos de Cuarentena

Y no escribo más. No soy objetiva, lo he dicho. Ahora estoy embriagada por la lectura y por la nieve que no deja de caer. La ciudad ya es blanca.

Cuarentena (Editorial Comuniter) os espera. Leed los versos y luego ya me decís si puedo ser objetiva. La vida trae hoy la nieve y mañana el sol. Y siempre el deseo de vida para compartir emociones o palabras asociadas. 

Quien no desea ya vive muerto
aunque su vida transcurra en calma.
El deseo es ser y ser humano es
el huracán que mueve el alma.

Ignacio Lasierra, extracto del poema XXII



lunes, 15 de enero de 2024

De árboles y corchos

Solemos compartir las penas para que el dolor no nos pese tanto y sea mas llevadero. Y cargamos con lo nuestro y lo que les ocurre a quienes nos rodean. Pero debemos también compartir nuestras alegrías para compensar la balanza y hacer partícipes a todos de nuestros momentos de felicidad. Por eso insisto con una foto de mi árbol de jade florecido, cada día mas, en este invierno donde ya alargan los días.

Hoy hemos encontrado el corcho misteriosamente desaparecido del cava del día de Nochebuena; estaba en ese otro árbol que año tras año bajamos del granero y adornamos para celebrar la Navidad. ¿Será también un signo de buenos augurios? Durante todo el mes de enero nos felicitamos el año y este 2024 viene cargado de sorpresas, como este corcho o las nuevas flores que cada día van creciendo en mi árbol de jade. Hoy va de árboles, alegría, felicidad y compartir la vida. La semana que viene volveré a hablar de #Cuestairse, ese libro que tanta alegría y felicidad me está reportando. Gracias. ¡A ser felices!






domingo, 14 de enero de 2024

Seguimos

Fb. 8 de enero. (Publico aquí con seis días de retraso). Lunes después de las fiestas navideñas. Día de regreso al cole y al trabajo, de rebajas anunciadas, de comenzar a quitar las luces de las calles y retirar el árbol de casa, guardar los adornos navideños para el año que viene e intentar que todo vuelva a la normalidad. Se reafirman los propósitos del nuevo año, bajar peso, hacer ejercicio, leer ese libro. A propósito de esto último, os anuncio las próximas citas para este mes de enero en que hablaré y firmaré Cuestairse, ya sabéis, esa novela que tantas alegrías me está regalando. Después de haber pasado ya por Zaragoza, Monzón, Huesca y Candasnos, Cuestairse estará este sábado 13 de enero en La Almolda, en su biblioteca, de la mano de #EmiliaCastillo, la responsable y animadora a la lectura en esa localidad monegrina cerca de mi casa. La segunda, el día 24, al otro lado del Atlántico, donde comienza y acaba la historia de #Cuestairse, La Paloma, Uruguay, también en su biblioteca junto a la playa de La Balconada y el lugar que da título al libro, de la mano de Inés Laporta , productora audiovisual que me acompañará junto a mi familia en ese viaje. Os espero donde os quede más cerca

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