martes, 30 de julio de 2024

Un despertador agradable y luminoso

"Nadie puede despertar por ti, nadie puede despertarse antes de tiempo"


Julieta París ha escrito El Poder de la Mujer Despierta  desde su sabiduría y experiencia como psicoterapeuta y antropóloga. Un libro que deberían leer mujeres y hombres para reconocer que "la vida puede ser otra cosa" si estamos despiertos. 

Yo lo he leído atrapada por la cercanía y sencillez de la exposición (que no simpleza) y la invitación a la reflexión página tras página. Me considero una Mujer Despierta (las mayúsculas son de la autora), pero a veces sesteamos demasiado y sin darnos cuenta entramos en una especie de letargo adormecido que nos aleja de la Vida (la mayúscula es mía). Como en el cuento de la Bella Durmiente (Charles Perrault, 1696) pasamos épocas en un sueño sempiterno. Pero en la vida real no vendrá un príncipe a despertarnos: "El verdadero despertar no llega desde un beso. Solamente tú puedes ayudarte a despertar. Posiblemente nunca nadie lo hará con más dulzura, sentido, conciencia y amor que tú" (página 16)

El Poder de la Mujer Despierta (Editorial Siglantana, 2024) no es un libro de autoayuda como puede parecer a simple vista, sino una serie de reflexiones inteligentes alimentadas de antropología, psicología e incluso sociología, narradas en un tono muy cercano; la autora utiliza la interpelación y el diálogo directo con lectoras y lectores, y la invitación a aprehender el mensaje rebosante de energía que ofrece en cada párrafo, en cada palabra y cada frase. El libro es un despertador agradable, sin estridencias, en el que seremos nosotros mismos quien marquemos la hora y el ritmo, con la firmeza y la serenidad que nos propone la autora. No me gustan los libros de autoayuda, y así lo reflejé en voz de Malena, el personaje protagonista de Cuestairse, la novela en "ese despertar compartido en la escritura" que Julieta escribió en su generosa dedicatoria de mi ejemplar de El Poder de la Mujer Despierta

El libro abarca situaciones que todos hemos encontrado en un momento u otro de la vida: crisis personales, problemas de pareja, enfermedades, duelos, pérdidas, dudas, soledades. También el amor en todas sus acepciones, de pareja, hacia los demás y hacia uno mismo. Los límites, los que se imponen y los que debemos delinear o romper. Las expectativas y la expectación, la gratitud, la aceptación (que no resignación), la fidelidad, el perdón, el orden, la soledad, el silencio, la gratitud. Conceptos, uno tras otro, para estar muy despierta o para despertar cuando sea el momento. Y concreta en lo femenino, el ciclo vital, desde la menstruación hasta el climaterio, la influencia hormonal a lo largo de cada etapa. Y el milagro de la vida. Lo positivo, lo excepcional de estar viva. Estar despiertas para conocer y reconocerlo. 

Y, ¡ojo!, despertarse no es fácil, exige un esfuerzo de voluntad, conocimiento y aceptación de uno mismo. Como escribió Bertrand Russel en La conquista de la felicidad: "Sin respeto de uno mismo, la felicidad es prácticamente imposible". Para eso, la autora ofrece una parte práctica, la que aconseja sin hacerlo, un abanico de posibilidades que iluminan el despertar, pues al salir de un sueño profundo (o no tanto) podemos tener muchas legañas y aturdimiento que no nos permitan ver con claridad. 

Aunque la autora se dirige en femenino a sus lectoras, el libro es para despertar hombres y mujeres; un lector  masculino encontrará respuestas y claves para su propia experiencia y para comprender mucho mejor a las mujeres que ama o pretende amar. 

Un descubrimiento de fuerza interior que no distingue sexo. 

Es de bien nacido ser agradecido, dice el refrán. Gracias, Julieta, por este libro luminoso que alumbra el despertar. 



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