Llegué a La Maestra y La Bestia (Editorial Anagrama, 2023) después de escuchar a #AlomaRodríguez en el podcast #LaAmigaEresTu diciendo que para ella era el mejor libro del año (pasado). Yo no había leído nada de Inma Monsó así que corrí a la librería a por la novela.
He llegado a la última página y voy a optar por la actitud de Severina, la protagonista: ensimismarme y hablar lo justo. Lo primero permite abstraerse y a esa maestra que llega a un pueblo del Pirineo le sirve, además, para mantener una inconsciencia infantil durante la dictadura, ignorando la realidad de represión y lucha. La segunda, el silencio, el del Régimen o el que se instaura en ella desde niña, es una realidad y un símbolo de nuestra Historia.
Por eso afirmo que el silencio y las palabras que llenan cada una de las páginas son una delicia para la literatura, un deseo de continuar leyendo. El silencio y el aislamiento: de las personas, de los pueblos, de un país. Y luego las delaciones y otros silencios, las miradas, los gestos, la casa, las paredes de la montaña o el horizonte lejano del llano, la apertura. Todo está al servicio de la narración, cualquier metáfora es diegética para conseguir un ambiente en el que se calla mucho más de lo que se cuenta y sin embargo todo está explícito.
Agradezco este descubrimiento y, claro, seguiré escuchando a #LaAmigaEresTu que tan buenas recomendaciones me regala (llegué también a Mercè Ibarz gracias a #AndreaToribio, la otra amiga que es ella y es la otra y eres tú.
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