jueves, 28 de julio de 2022

Tríptico de la tierra

"Somos personas porque hacemos todo lo posible por no perder el rastro del candor perdido"

Mercè Ibarz, Labor inacabada.

Me encantaría comentar el libro con la autora, Mercè Ibarz (Saidí, 1954), que se define a sí misma como “labradora de las letras, payesa de la escritura” con una clarividencia que aúna su origen y su destino. He leído Tríptico de la tierra (Anagrama, 2022) en cuatro tardes, a tan sólo 30 kilómetros de Zaidín (escribo el topónimo en castellano que es como se nombra por aquí al pueblo donde se sitúa la narración). Estamos en la misma comarca, aunque el lugar desde el que yo escribo estas líneas sea más monegrino que bajocinqueño "a la geología y la geografía les da igual la administración, lo suyo es la canción de la tierra"[1] ; en realidad, cuando se organizaron los territorios políticamente, en esta "llanura seca" se decidió la adhesión a la comarca del Bajo Cinca por cuestiones económicas relacionadas precisamente con la retirada de tierras y subvenciones que los agricultores reciben desde hace unas décadas. 

El libro aglutina tres obras de la autora: La tierra retirada y La palmera de trigo ya habían sido publicados en los noventa y ahora, en Tríptico de la tierra, se unen a la inédita Labor inacabada, escrita en plena pandemia. Hay un hilo conductor en los tres volúmenes, la tierra, las raíces, los orígenes, la verdad y la escritura. Pero también hay crítica y reflexión sobre el oportunismo, la transformación agraria, el sentido del periodismo y los inevitables cambios que trae la vida. De lo que escribe Mercè reconozco las costumbres, las palabras, los personajes, las calles, el mondongo, las butacas del cine, el calor de los rastrojos, las sierras peladas, la plantación de frutales y la Florida 135. 

La vida ha cambiado mucho en cien años por aquí y el desierto monegrino tiene ahora muchas manchas verdes. Aún con todo, no quedan casi jóvenes y las tierras siguen retirándose en algunas zonas. La agricultura ya no es una forma de vida o tradición "no tiene ni un estatuto civil. El mismo nombre de ciudadanía parece excluir a los campesinos" [2].  Parece que ni se considera base de alimentación y las inversiones estatales que prometieron fijar población han derivado solo en una transformación de  medios y distribución concentrada de la propiedad. Todo evoluciona. Para bien o para mal. Cómo me gustaría debatir todo esto con Mercè Ibarz, yo que vine de Barcelona poco después de que ella se fuese para allá. Dos visiones, dos puntos de vista que convergen en los espacios, la literatura y, seguramente, las conclusiones. 

He disfrutado cada párrafo de realidad en La tierra retirada que sin ser un ensayo ni una biografía ni un diario fija la narración con una sutileza elegante y sincera. Algunas cuestiones son paralelas a lo que plantea la película Alcarrás (Carla Simón, 2022) que, por cierto, también está a 30 kilómetros de Zaidín. La transformación del mundo rural parece el fin de una era, estamos todos urbanizados y la agricultura tradicional va desapareciendo con cada reforma legislativa en apoyo del sector. Pero para contarlo, Mercè Ibarz no expone una teoría sino que se traslada, palabra a palabra, al paisaje vital de lo cotidiano, lo que sostiene la vida y asienta los pies sobre la tierra. 

El realismo mágico en La palmera de trigo sería la versión novelada, mismo lugar, mismos personajes pero con un análisis que dosifica y muestra información y crítica sutil. La ficción nos permite escribir aquello que el pudor nos obliga a callar. El núcleo familiar, la reacción de los mayores ante los avances tecnológicos, el papel de la mujer en el medio rural, el periodismo y su declive en espectáculo, todo está entre la niebla y el sol, entre la tierra y el río, entre la magia y la realidad, hechizando al lector para que no caiga en la pregunta de si es verosímil o no. 

Labor inacabada es la llave que da otra vuelta a la cerradura, escrito veinticinco años después, un texto híbrido ilustrado con fotografías que no es ensayo, ni biografía, ni artículo periodístico, pero que cierra la trilogía como un todo indisoluble, como esas puertas de madera bajo el dintel de piedra que todavía se conservan en algunas casas de estos pueblos.

Yo también tengo labor inacabada: releer el libro en su versión original en catalán y visitar la Cartuja de Las Fuentes. Suele ocurrir que lo que tenemos cerca no lo visitamos; es curioso, he ido a Barcelona y conocido más rincones que cuando vivía allí. A su regreso de la Cartuja a Saidí, escribe Mercè en Labor inacabada “Otro día iremos a Candasnos, muy cerca de donde se ha celebrado, durante años, Monegros Desert Festival. Acabé La tierra retirada en la discoteca fragatina Florida, ahora quizá tocaría acabar esta ala del tríptico con él”[3]. Pues casualidades de la vida, yo leo ese párrafo y termino la lectura de Tríptico de la tierra justo dos días antes de que vuelva a celebrarse Monegros Desert Festival, después de “seis años de reposo y barbecho” y dos de pandemia. Es un acontecimiento que labrará con ruido, coches y gente la tierra: se esperan 50.000 personas. Estarán como mucho 48 horas y luego se irán, dejando la tierra y el polvo en silencio. Han instalado hasta un avión, un Airbus A330 que será uno de los escenarios en medio de la explanada desértica. Fui una vez al amanecer a recoger a mis hijos adolescentes, por el camino, nos queda cerca de casa. 

Estoy en ese pueblo donde tienes visita pendiente, Mercè, y café-té-cerveza-vino listos para la tertulia, aunque las noches de verano ya casi nadie baja a tomar el fresco a la calle. Cada uno está en su casa, en el sillón frente a la televisión, muchos hasta con aire acondicionado. Esas máquinas que se compran pero “no sirven para trabajar”. 

Algunos ocupamos también el tiempo leyendo. Aconsejo a quienes lo hagan Tríptico de la tierra (Mercè Ibarz, Anagrama 2022), un libro que va más allá de la crisis rural y resulta tan ameno como revelador.



Gracias Mercè por reflejar tan bien el espíritu de la zona. “Pero el dedo implacable sigue y sigue escribiendo”[4].


Ibarz, M (2022). Tríptico de la tierra (Página 344). Anagrama

2. Ibídem, p. 171

3. Ibídem, p. 329

4. Ibídem, p. 332 (Verso de Omar Jayam (1048-1131)

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