domingo, 19 de abril de 2020

Calabuch



Calabuch (Luis García Berlanga, 1956) es, además de cine genuinamente berlangariano, pura ternura e ingenuidad. Calabuch es bondad y sabiduría, es quietud y paz, es amistad y generosidad. Esas de las que necesitaríamos ahora unas buenas dosis en medio de esta situación pandémica, confinada y sobreinformada en la que todos, en mayor o menor media, saben o sabemos de casi todo.  Calabuch es humildad también

Calabuch es sol, es mar. Calabuch es blanco de casas encaladas y bermejo arrebolado de tejas envejecidas. Pero también es gris y negro de una cinta en 35 mm. Y sutileza en la crítica de una época en la que el confinamiento era general y atemorizador, en el que la censura callaba cualquier ápice de libertad. Berlanga es el genio que puede volcar todo eso en la pantalla a través de unos personajes que son lo representan; ternura, ingenuidad, bondad, sabiduría, quietud, paz, amistad, generosidad. Y convierte ese blanco y negro en azul brillante y luminosidad soleada sobre una costa todavía desierta en aquella época.  Y los fuegos artificiales tienen millones de colores con explosiones de felicidad, de libertad y de esperanza.

Ayer criticaba las muchas recomendaciones que se están haciendo estos días. Permitidme que hoy, en pura contradicción, os recomiende esta película. Además de poder encontrar esa metáfora que os apunto  en las líneas anteriores (para no hacer spoiler ninguno si no la habéis visto), podréis disfrutar de los geniales Pepe Isbert, Manuel Alexandre, José Luis Ozores o del galán Franco Frabizi. Además, a sus 82 años, fue la última película que el actor Edmund Gwenn,  protagonizó, ganador de  un Oscar en 1948 por De ilusión también se vive (George Seaton, 1947).

Calabuch es el nombre ficticio del pueblo al que llega Jorge Serra Hamilton, un científico especialista en energía atómica… Se rodó en Peñíscola cuando la costa todavía no estaba llena de turistas (ahora la playa estará igual de vacía que entonces, y ya veremos este próximo verano). Si conocéis la zona es curioso ver el pueblo antiguo, el castillo todavía sin restaurar, y la zona costera sin hoteles ni apartamentos. Hay unos planos aéreos magníficos. Y poco más os quiero contar. Vedla. La podéis encontrar en Flixolé.com que estos días permite el acceso gratuito a todo su catálogo, amplia muestra del cine español de todas las épocas.

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