"Cuando una mujer no pretenda demostrar ni que es muy mujer ni que deja de serlo y se entregue a cualquier quehacer o pensamiento desde su condición sin forzarla ni tampoco enorgullecerse de ella, sólo entonces será persona libre".
Carmen Martín Gaite, Cuadernos de todo. 1961
El lunes más cercano al 15 de octubre, fecha en que falleció Teresa de Jesús se celebra desde 2016 el Día de las Escritoras. Por lo tanto, hoy estamos de celebración. Este año me uno, por primera vez: de puntillas y con mucho respeto. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, escritor o escritora es la persona que escribe. Yo siempre he escrito. Pero en el ámbito literario, un escritor o escritora es quien ha publicado, y así lo recoge también la segunda acepción el diccionario, "autor de obras escritas o impresas".
En las próximas semanas llegará a las librerías mi primera obra publicada. Una novela. Y por eso, en esta ocasión me atrevo a celebrar, con pleno derecho como escritora, y lo hago con tanta alegría como ilusión.
El Día de las Escritoras es también para dar un toque de atención sobre la obra de tantas mujeres que ha quedado oculta o falta de reconocimiento. Nací el mismo día que Emily Brönte, un 30 de julio. Ella tuvo que firmar con seudónimo algunas de sus obras por ese patriarcado al que hemos estado sometidas durante siglos. Yo, afortunadamente, firmo con mi nombre y mi apellido. Me identifica, me satisface, me reconoce y me congratula. Pero queda mucho por reivindicar; todavía demasiadas mujeres sufren lamentablemente opresión y discriminación. Celebremos y reivindiquemos mientras seguimos escribiendo.
Como escribió Teresa de Jesús, estos días estoy que "vivo sin vivir en mí", Celebro la escritura, siempre, la voz de las mujeres, celebro la vida y la literatura. Y celebro que, después de corregir, revisar, volver a corregir y revisar, en nada mi novela, Cuestairse, estará en las librerías.
Primeras correcciones |
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