Manuel Vilas (Barbastro, 1962) ha estado esta tarde en Zaragoza, en su tierra, presentando su última novela, Nosotros, con la que obtuvo el Premio Nadal este año. De la mano de Sergio del Molino, aragonés también aunque nació en Madrid, la presentación ha sido un lujo. “Un acontecimiento de Física Cuántica pues Vilas es pasado y presente”, ha bromeado Del Molino.
Vilas ha desgranado algunas características de la trama de la nueva novela “lo que me permiten los editores” sin desvelar demasiado. Se ve feliz pero cansado. “Llevo desde las nueve de la mañana hablando de la novela”, ha confesado al finalizar el acto. Es el precio de la fama. “Es peor la promoción que la escritura”, le digo. Y asiente con gesto conformado mientras firma amablemente los libros de los futuros lectores, con los que intercambia frases y sonrisas.
“Yo ya conocía a Vilas antes de
Ordesa”, observa Del Molino, “que a veces parece que antes no existiera el
escritor”. Y es que Vilas tiene una trayectoria y una obra extensa “se necesita
ya mucho tiempo para abarcarla toda”, apunta Del Molino. Yo también le descubrí
a Vilas antes de Ordesa
y de Alegría y de Los besos, cuando el poeta se movía más por los infiernos y por
el pozo oscuro. “Vilas ha ido avanzando hacia la luz, a un mundo mas luminoso y
etéreo. Pero hay muchas conexiones narrativas y temáticas en toda su obra,
entre la poesía y la narrativa. Vilas tiene un estilo inimitable, reconocible,
ha conseguido una voz inconfundible. Y Nosotros
es un compendio del mejor Vilas, una novela poética en el más jovial de los
sentidos; un bolero narrativo que muestra teorías preciosas en torno a la
belleza. Y una historia de amor puro”, ha afirmado Del Molino.
Manuel Vilas ha destacado que “el hilo que une a los personajes en esta novela es el sentido de la belleza” pero siempre arraigado en torno a la materia. “Tengo la idea romántica de que los objetos bellos protegen emocionalmente a las personas que viven en el hogar. Por ejemplo los muebles heredados, al tocarlos, provocan un sentido de pertenencia, de enraizamiento”. Su pasión por la materia, sobre la que ya le he escuchado hablar en otras ocasiones y presente en toda su obra poética y narrativa, le provoca una cuestión: “¿Qué hacemos los escritores? Nos dedicamos a irrealidades y por eso necesito la materia”.
Fotos Aurora Pinto |
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