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Todos conocemos a Iñaki. Seguro que en alguna ocasión todos (los que tenemos más de cuarenta años) hemos sintonizado la SER para escucharle. En mi caso, era una asidua oyente de su magazine matinal, Hoy por Hoy. El día que Iñaki anunció su retirada, sentí como si una parte importante de mi propia historia se fuese con él.
Iñaki ha sido la voz de acontecimientos trágicos en la reciente historia de España, desde gran parte de los atentados de ETA, entre los que recuerdo especialmente el de Francisco Tomás y Valiente en 1996, hasta la masacre del 11 M. Iñaki los narraba con estupor, pero con sensatez y veracidad, contrastando los datos y acudiendo a fuentes solventes. No hacia escarnio de la muerte, sino que mostraba el realismo de la tragedia, la inmediatez de los hechos, sin morbo y sin amarillismo. Iñaki es un firme defensor de la democracia y las libertades, y un maestro en la manera de hacerlo.
Pero Iñaki también fue la voz de otros hechos más amables, como por ejemplo los premios Goya del cine español, que todos los lunes después de la gala de entrega analizaba. Iñaki es el espejo de la cultura reciente, y ponía en su programa a disposición del oyente, las últimas publicaciones de libros, las exposiciones de pintura o los conciertos de música. Por su programa Hoy por hoy, pasaron escritores, pintores, actores, guionistas, cantantes de grupos musicales, directores de orquesta, sopranos, tenores, filósofos, profesores de universidad, médicos, químicos, investigadores, y todo tipo de personajes que tenían algo significativo en su currículum, un estreno, un descubrimiento, una actuación...
Iñaki siempre tuvo presente al público que le escuchaba, y por su programa desfilaron también taxistas, amas de casa, conductores de camiones, barrenderos, dependientas o administrativos; personas a través de las cuales el periodista acercaba el lado humano, el problema, la alegría por un acontecimiento o simplemente la cotidianidad del día a día.
Iñaki nunca faltó a la cortesía verbal, jamás olvidó una locución excelente y siempre tuvo presente la profesión periodística: transmitir con corrección la información. En radio hay que ser preciso, breve y conciso, pero también hay que repetir algunas locuciones para que el oyente distraído no pierda el dato. Iñaki fue un maestro. Además, la cadencia de su voz, el énfasis en el dato, el ritmo más pausado o acelerado según el tipo de información o tratamiento fueron siempre excelentes.
Recuerdo especialmente sus entrevistas a políticos. Aznar nunca visitó su estudio, creo. Era incisivo pero respetuoso. Dicen que miraba siempre al entrevistado y nunca llevaba papeles. De este modo, Iñaki establecía una conversación con el entrevistado para conectar directamente y obtener una información fluida que llegase al oyente de la manera más cercana. Detrás de esa ausencia de papeles había muchas horas de preparación, de documentación. Iñaki comenzaba su programa temprano. Se levantaba todavía cuando el sol estaba dormido.
Con este premio de la Academia de la Radio, se le reconoce todo eso y mucho más. Iñaki estuvo luego en la televisión, en informativos de la Cuatro. Para los que le admirábamos como periodista de radio fue un choque virtual. No era el medio donde mejor se movía a pesar de que había sido director de informativos en 1981 (fue el responsable de aparecer en los informativos de televisión el 23-F y las semanas siguientes) y otros programas en la década de los noventa (Iñaki los jueves o Entrevista con) En su retorno a televisión en 2005, tras abandonar Hoy por Hoy, Iñaki estuvo al principio (el mismo lo confiesa) algo incómodo y le costó adaptarse. Pero los informativos tenían un punto de análisis crítico que trajeron nuevos aires a la televisión encorsetada. En Canal+ realizó una serie de entrevistas a personajes como José Luis Sampedro, Jordi Évole o Javier Bardem, por ejemplo (algunas de ellas podemos encontrarlas en youtube) Así que hemos de reconocer que fue una buena elección.
Hoy Iñaki aparece en un videoblog (enlaces desde Cadena Ser y El País) realizando interesantes análisis sobre temas de actualidad. No tienen desperdicio y en este mismo blog hay un hipervínculo directo a La Voz de Iñaki.
Iñaki es ejemplo de periodismo radiofónico, un maestro de la comunicación oral y debería ser escuchado por todos los estudiantes en las Universidades de Periodismo; esos jóvenes que anhelan dedicarse a la radio. El próximo 13 de febrero se le entregará el premio en Alcorcón- este premio es la máxima distinción que otorga la Academia de la Radio-, dentro de los actos de celebración del Día Mundial de la Radio. El lema de este año es La juventud y la radio. Animo a los jóvenes estudiantes de periodismo que busquen los podcast de programas de Hoy por hoy en radiotecas. Que escuchen sus entrevistas, sus directos en días como el 11, 12 y 13 M, o cualquier día de cualquier año entre 1986 y 2005, en la cadena SER. Aprenderán más que con cualquier manual de radio y teorías (necesarias también) de ética periodística y locución.
Foto: http://ocio.lne.es/img_contenido/noticias/2014/01/260074/gabilondo.jpg
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