
Soy una admiradora de algunas películas de Garci, defiendo siempre que es un “artista” de la imagen, que fuera de que sus historias a veces (últimamente cada vez más) son pastelitos de confitería, no dejan de llevar un envoltorio de calidad.
Pero en esta ocasión, el guión es inconexo, desestructurado y falto de contenido. Y para más ende, la imagen, ese envoltorio maravilloso que nos hizo disfrutar en El abuelo o You are the one, tampoco salva el largometraje. La duración excesiva, llena de “paja” la primera hora de la historia, luego se eterniza con fundidos a negro interminables y transiciones de secuencia innecesarias. Los personajes se pierden en tramas que no aportan casi nada a la historia. Y al final…el dos de mayo que llega casi por llegar, sin haber motivado al espectador lo suficiente para emocionar con la lucha franco-española o la matanza de inocentes.
Y al final de los finales, en los títulos de crédito, Madrid nocturno y moderno… Supongo que Garci quería contarnos algo con todo ello, pero en esta ocasión no lo ha conseguido.
Para una vez que en Zaragoza tenemos un pre-estreno… ¡Qué pena que salgamos del cine sin haber aplaudido!.
Perdonen que no me levante, decía una columnista en El País.
ResponderEliminarOpino lo mismo con respecto a la película.
Abrazos en blanco y negro. Y, si se tercia, también en color.
Imagino que tu vida transcurre con normalidad, entre la capital y Los Monegros.
ResponderEliminarDisfruta de los colores de este otoño nuestro.
Un abrazo.