EXISTE UNA PREOCUPACIÓN SOCIAL por los medios de comunicación de masas que afirma que los
medios tienen poder e influyen directamente en la sociedad y en el devenir de
los acontecimientos. Parece que la información, o mejor aún, disponer de ella y
dosificarla, proporciona poder. Y así es, pero tal y como afirman Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton, en Comunicación de masas, gusto popular y acción social
organizada (C. E. Latina, Ed.) “indagar los efectos de los medios
masivos de comunicación en la sociedad es abordar un problema mal definido”
(Paul F. Lazarsfeld y Robert K. Merton, 1977). Es decir, ellos difieren de la
afirmación categórica y distinguen tres
facetas del problema: hay que conocer los efectos de la
existencia de los medios; hay que examinar la estructura
de la propiedad de los medios; y hay que conocer los efectos de los “contenidos particulares diseminados a través de los medios masivos de
comunicación” para desmitificar esa
preocupación social hacia los medios de comunicación, y desmenuzar cada una de
las cuestiones de su función social.
Paul Lazarsfeld.
Foto:http://teoriesdelacomunicacio.wikispaces.com/Paul+Felix+Lazarsfeld
En referencia a la función social de los medios, los autores opinan que ha sido sobrestimada. Para ellos, el hecho de que el público dedique mucho
tiempo al consumo de contenidos ofrecidos por los medios de comunicación, no es
garantía de que exista un efecto sobre el espectador, lector u oyente. Es decir, los estudios cuantitativos que hablan de audiencias en radio o televisión, o de tiradas en números impresos
en prensa, no son garantía de que los receptores hayan prestado atención al mensaje: uno puede tener la
televisión encendida todo el día y ello no es garantía de que haya causado un
efecto directo en él, de que haya aprehendido el mensaje emitido. Por ello, ponen en
duda los datos cuantitativos que se barajan (en la fecha que está escrito el
artículo, 1977) sobre el consumo de medios y el impacto en la actitud en un efecto
cualitativo en la sociedad. En este sentido, y a pesar de que los autores
reconocen el impacto de la propaganda que divulgan los medios, creo interesante
hacer una reflexión: el impacto de las imágenes en los
consumidores es real, no siempre de forma
consciente, y estas consiguen influir en los
comportamientos y creencias del público objetivo. Por ejemplo, al
ser víctima del bombardeo de imágenes prenavideñas, ¿no sentís el impulso de
comprar un regalo o incluso la “necesidad” emocional de recibir algún detalle?
Esa gran cantidad de imágenes, que confluyen en todos los medios, causa un impacto directo en el subconsciente del ciudadano E influye, directa o indirectamente,
en el dogma instituido de que es imperativamente necesario recibir o regalar un
presente a los seres queridos. Sin embargo, alguien que viva fuera de esa “pantalla global” , por ejemplo en la selva ecuatoriana o en el desierto del
Sahara ,y no tenga acceso a esas imágenes, no sentirá ese impulso, ni tendrá esa
creencia arraigada ya en la sociedad de consumo, muchas veces irracional.
Por lo tanto, existe una influencia en el individuo el siglo XXI que vive
en la sociedad globalizada de consumo.
Robert Merton.
Foto: http://teoriesdelacomunicacio.wikispaces.com/Paul+Felix+Lazarsfeld
El término ya mencionado "pantalla global" da título a la obra de Gilles Lipovetsky & Jean Serroy, donde se relacionan los conceptos de globalización y difusión de imágenes en las distintas
pantallas que invaden nuestra sociedad (cine, televisión, ordenadores,
teléfonos móviles). Es interesante destacar que en una sociedad red donde se confunden las identidades, Lipovetsky y Serroy sostienen que
el mundo se convierte en una sociedad homogénea donde las diferencias
étnicas se convierten en minorías. No obstante, paradójica y paralelamente,
impera en la sociedad actual un neo
individualismo que según ambos autores alimenta el narcisismo
hedonista así como la cultura psicologista e individualista que surge fruto de
esa globalización red: “preocupación por uno mismo y exigencia de autenticidad y comunicación
intimista” (Lipovetsky y Serroy, 2009). Y ello supone una búsqueda social. Manuel Castells, coincide con ellos en esta concepción: “Un mundo de flujos globales de riqueza, poder e imágenes, donde la búsqueda
de identidad, colectiva o individual, atribuida o construida, se convierte en
la fuente fundamental de significado social”
El concepto que Lipovetsky y Serroy describen como hiperindividualismo, el autor J. Luis Sánchez Noriega lo define como individualismo
neonarcisista y opina que la televisión establece
un “juego de espejos en que
ensimismarse con imágenes que devuelven nuestra realidad” .Un público que
mira la pantalla, la cual reclama su atención para mostrar al público que mira
a la cámara porque se sabe observado por el público .
Castells, en su libro La sociedad red, realiza un estudio de la influencia de la televisión en nuestra sociedad
red, donde la televisión es una presencia más en casa, la audiencia es
interactiva, y existe una normalización de los mensajes: “los medios de comunicación tienden a funcionar sobre la experiencia y la
conducta, como la experiencia real obra sobre los sueños, proporcionando la
materia prima con la que funciona nuestro cerebro” .
- Red, según Castells, es un conjunto de nodos interconectados. Un nodo es el punto en que una curva intersecta sobre sí misma (…) Lo que un nodo es concretamente depende del tipo de redes al que nos refiramos(…)Son los canales de televisión, los estudios de filmación, los entornos de diseño informático, los periodistas de los informativos y los aparatos móviles que generan, transmiten y reciben señales en la red global de los nuevos medios que constituyen la base de expresión cultural y la opinión pública en la era de la información(…) las redes son estructuras abiertas, capaces de expandirse sin límites, integrando nuevos nodos mientras puedan comunicarse entre sí(…). Una estructura social que se base en las redes es un sistema muy dinámico y abierto, susceptible de innovarse sin amenazar su equilibrio.
También Lipovetsky y Serroy están en esa línea de opinión. Estos estudios, posteriores a los de
Lazarsfeld y Merton, actualizan los conceptos más acorde con los tiempos
actuales, sobre todo en la cuestión de influencia de los medios y destacan también esa “función conferidora de status”: los medios masivos “otorgan prestigio y
realzan la autoridad de individuos y grupos legitimando su status”
Al igual que los hechos se convierten en “realidades”
cuando aparecen en las noticias, las personas y las instituciones cobran
importancia en la medida en que aparecen o no en los medios.
Esta función social, es la primera de las
tres que distinguen Lazarsfeld y Merton. La segunda sería la imposición de normas sociales, es decir, el uso de los medios como
mecanismo de denuncia pública, para distinguir entre lo correcto y lo
incorrecto. En otras
palabras, los medios ejercen un sistema de
control sobre conductas no deseables en los personajes públicos. Este aspecto es, en mi opinión, una
cuestión positiva. De hecho, una de las funciones de la prensa en los sistemas
democráticos, es velar por la
transparencia y los valores democráticos que deben regir a las personas que
están en las instituciones.
No obstante, también se ha dado el caso
de uso de los medios como “arma”
política para derribar al oponente. Aquí recordamos el caso GAL, donde el
periódico El Mundo comenzó
a destapar una trama ilegal y poco ética que partía presuntamente del gobierno
de España para la lucha contra el terrorismo de ETA. Más adelante, este
diario atacó también al Partido
Popular destapando la trama Bárcenas. Esto ha llevado a la afirmación, por parte del periódico, de que su único
objetivo ha sido siempre la transparencia y que no ha habido
intereses políticos, sino sólo informativos. Si bien es cierto que sus reportajes de investigación han
descubierto asuntos que influyen directamente en la gobernabilidad del estado
español, otros le han calificado de oportunismo para aumentar las ventas.
Habría
que detenerse también, en este caso concreto en LA ESTRUCTURA EMPRESARIAL del periódico que , tal y como los
autores Lazarsfeld y Merton afirman, es una de las características más relevantes a la hora de considerar
la línea de los medios de comunicación de masas. En este sentido, en EEEU y
España, según ellos, es el anunciante el que mantiene al medio de comunicación.
Existe, por tanto, un interés empresarial claro, pero también un interés oculto (el del anunciante), que proporciona
medios económicos para el sustento del medio de comunicación. Por cerrar el ejemplo anterior del
diario El Mundo, su director y fundador, Pedro J. Ramírez, fue destituido
de su cargo y, podríamos afirmar, que el motivo surgió a raíz
de la información publicada sobre el caso Bárcenas, cuando las instituciones (ahora
representadas por el Partido Popular) retiraron toda la publicidad del
diario, disminuyendo así considerablemente los ingresos.
Continuará...
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