Regreso a Zaragoza después de cuatro meses en Madrid , cuatro meses en el pueblo y quince días caminando por ahí… ¡No reconozco la ciudad!. Llego en coche y aunque nunca voy al centro con él, hoy como tengo que hacer algunas gestiones y veo que no me da tiempo a ir a casa a aparcarlo… ¡Qué locura!. Sabía que habían comenzado las obras del tranvía, sabía que el Paseo de las Damas estaba todavía en obras pero… cuesta situarse por las calles cortadas, una vuelta, otra vuelta, busca aparcamiento, un atasco porqué todos los coches van por las mismas calles ya que las vías principales están en obras, otra vuelta, pasa el tiempo, más atasco… ¡me parece que estoy en Madrid! No es hora punta por la mañana, no coincide con la salida de los colegios por la tarde pero ir desde Sainz de Varanda hasta Paseo Sagasta me cuesta tres cuartos de hora (antes quince minutos escasos con semáforos incluidos) y… ¿cómo narices se puede llegar a la entrada del parking de El Corte Inglés de Plaza Paraíso?.
Llego cansada a casa, aparco el coche cabreada después de haber pagado más de 7 euros de parking en el centro. Por la mañana me vuelvo a ir de la ciudad. Conduciendo por la carretera recuerdo una Zaragoza en la que podías ir de una punta a otra en menos de veinte minutos en coche y llegar al centro si necesitabas hacer alguna gestión rápida. Ni siquiera con todas la mejoras que la Expo 2008 trajo a la ciudad tuve que dar un rodeo tan grande como el de ayer.
En el informativo del mediodía veo la noticia de que por fin han abierto al tráfico el Paseo de las Damas. La Gran Vía creo que tardará todavía mucho tiempo... Me planteo si volver o no volver.
De todas formas,espero que durante las fiestas del Pilar a nadie se le ocurra llegar en coche y si lo hace ¡déjalo en el Actur!.
Lo mejor es armarse de paciencia y ver el lado positivo de volver a Zaragoza.
ResponderEliminarUn abrazo