“Te abrazaré mañana
aunque la luna no salga
y te besaré de tal manera que
mis palabras se convertirán
en un manicomio de versos arrasados
por la belleza de tu nombre”
Los pájaros y los abrazos
Yo conocía a José Luis Esteban como
actor, lo había visto interpretar algunos personajes, pero no sabía que
Palabras que no he gastado (Olifante, 2023) es una selección de vida, belleza y pensamiento, y también ironía que mastica el dolor. Una mezcla aparentemente imposible que en su pluma resulta tan inteligente como emotiva donde las “palabras juegan y esperan a ser leídas”.
Hace dos meses conocí personalmente a José Luis
en un evento abordándole para que me firmase un ejemplar de su libro, que
llevaba en mi bolso, del que le dije que tenía buenas referencias pero no había
leído. Pudo pensar que yo estaba un poco pirada. Pero es hombre generoso y comenzamos a charlar de cine,
de teatro, de letras y de la vida. En esa conversación, tan fugaz como agradable, le anuncié
que tal vez escribiría una reseña del libro de poemas (ya jamás utilizaré la palabra
poemario para definir versos negro sobre blanco) pero le confesé que suelo
escribir solo de aquello que de alguna manera me enamora, sea cine o teatro o
literatura o poesía o música; reconozco que no soy una crítica demasiado
crítica, para que esforzarnos en proyectar lo que no nos ha emocionado. En definitiva, que en mi blog
las reseñas de libros y cine suelen ser siempre favorables, aun cuando en ellas
también se reconozcan aspectos menos positivos. Prefiero resaltar lo que vale la pena mejor que catapultar lo que no, que por sí mismo ya se irá desvaneciendo.
Pues bien, afirmo que Palabras que no he gastado es un libro de poemas imprescindible, un sondeo de la existencia, poesía en estado puro. Tan profundo como divertido. Sí, sí, divertido. La poesía no tiene porqué ser aburrida. El autor nos conduce con sus reflexiones por espacios del pensamiento donde las palabras se acoplan en amalgamas inimaginables. Cita personajes y escribe palabras que aparentemente nada tienen que ver con la poesía y cuya presencia sitúa al lector en ese imaginario de la Generación Beat donde la libertad acepta cualquier combinación por dispar que parezca. Así, el realismo contemporáneo y el desencanto existencial se enriquecen de un vitalismo formal que provoca el arrebato de palabras y versos imposibles de imaginar si no se ha leído y se ha vivido con pasión.
Referencias a Kerouac, Leopoldo M. Panero o Miguel Labordeta. También cine,
actores en blanco y negro, Víctor Mature, Charlton Heston, Gregory Peck, Tyrone
Power. Y televisión, Jordi Hurtado, los telediarios o Curro Jiménez. Hasta el Papa Pío XII. Historia, Geografía, Filosofía, el mundo, New York, París,
Tokio. Todo en esas Palabras que no he
gastado. Y el niño que fuimos y el hombre que somos. Y el presente del
Metaverso e Instagram. Y Algo más: "O las palabras son fecundas, / o son estériles los versos"
Y la familia, a la que amamos o añoramos.
Ah, claro, y el amor.
Todo eso está en versos de rima
libre, con cadencia y musicalidad elegante, sobria, a veces en prosa poética.
Sin demasiadas florituras ni metáforas pero con virtuosismo ingenioso. Y mucho
se aprende leyéndolos. De la mano de ese maestro que llena las aulas por que
hace las clases divertidas mientras realiza un "pedido de besos a Glovo”. “Pobre literatura convertida en comentario de texto”. Y sin embargo, todo es
serio y riguroso. Y bello. “Es la belleza. / No la toques más. /Déjala que se
encuentre con la rosa /y que juntas escriban un poema / mucho mejor que este
Me encontré con José Luis el otro
día, justo la mañana en que había leído dos de sus poemas. Y le dije: “Me
parecen extraordinarios”. Ahora que ya he finalizado el libro, desde mi humilde
parcela, recomiendo que se lea y se vuelva a leer. Es una explosión de sabiduría y belleza. Si llevase un prospecto para su uso pondría "agitar antes de usar", y el alma queda sanada sin efectos secundarios al instante. Palabras que no he gastado, un libro que hay que tener muy cerca. Y pensar. Y vivir.
“Esperare que no haya luces
para que la oscuridad
sea mas visible.
No saber nada
y esperarlo todo.
Vendrá el futuro y no estaré
por eso quiero levar anclas
navegar hondo y ligero
y llegar a puerto antes que él”
El último momento