jueves, 12 de junio de 2008

Ennio Morricone y la huelga

- Pues mi madre no hace huelga cuando le suben el pan-, dice ella.

Y los demás ríen.

Son cuatro adolescentes que hablan en voz alta. Yo voy en el autobús, aún medio dormida, como la mayoría de pasajeros en esta mañana de jueves laboral.

Uno de los chicos, quizás el más razonable, en voz más bajita le contesta:

- Mira, los transportistas tienen que hacer huelga porque si les siguen subiendo el gasóleo, no se pueden ganar la vida-

Y añade en tono todavía más docente, como si de un maestro explicando la lección se tratase:

- Es como si a un carpintero le suben la madera. ¿cómo se gana la vida si la materia prima sube y sube?



No sé como ha seguido la conversación porqué el autobús ha llegado a la parada donde yo tenía que bajar, pero de buen gusto me hubiese quedado escuchando. Era curioso ver a esos chavales tan jóvenes hablando del tema de actualidad: la huelga de los transportistas. Una huelga capaz de sembrar la histeria en algunas amas de casa que han vacíado las estanterías de los supermercados haciendo acopio de leche, huevos y otros alimentos para meses. Pero una huelga también capaz de paralizar la producción de factorías automovilísticas (General Motors, Seat) y otras empresas.

Yo no me dejo llevar por esa reacción alarmista: no llené la nevera (que por cierto está vacía, vacía), no puse gasolina... ¡Había colas de horas en algunas gasolineras!. Resulta que mañana tengo un viaje previsto y esta tarde he buscado una gasolinera cercana para repostar. Sin problemas. En la primera gasolinera que he ido, sin colas, sin excesos, he llenado el depósito (para prevenir que a la vuelta no me encuentre con los surtidores cerrados). No hay porqué preocuparse...

A no ser porqué la huelga también me ha afectado directamente: SE HA SUSPENDIDO EL CONCIERTO DE ENNIO MORRICONE porqué según informa Europa Press la huelga de transportes impide traer a Zaragoza la infraestructura del escenario. Y yo ya había comprado las entradas, claro.

Así que en mayor o menor medida a todos nos afecta (y nos incumbe) la huelga de los transportistas. Pero como todas las huelgas, supongo que precisan de nuestra paciencia y nuestra solidaridad. Al fin y al cabo, todos somos "dependientes" de otros en este sistema.

Esperaré con ilusión que el concierto de Ennio Morricone pueda celebrarse en otra fecha (o pediré la devolución del importe de las entradas, claro).

"El que no se conforma, porqué no quiere".

Y mañana, viernes 13, inauguran la Expo. Con huelga o sin ella.

1 comentario:

  1. No soy amiga de Expo´s, pero sí me hubiera encantado ver y escuchar la orquesta del italiano.
    Besos desde mi portátil.

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